Se sabe que debido a su
entonación peculiar, o a su sonoridad enigmática durante la Edad Media al
tritono se le llamó “diabolus in música”. Se evitaban estos tres tonos (por ejemplo un Do-Fa#), no fuera a colarse
el diablo en el monasterio por medio de este intervalo demasiado disonante para aquella mentalidad y el contexto de la época. Y
sin embargo, que quieren que les diga amigos, a mí el tritono me parece bellísimo y además, aunque pudiera
parecer una paradoja, místico. Por intuición, asesoramiento o inspiración
Enrique Morente lo utiliza en el Pater Noster de su Misa flamenca. Musicalmente
no en consonancia –notas que suenan a la vez- sino como estrategia en la modulación.
El
tema comienza en Mi frigio, con la guitarra al aire y por dos ocasiones modula
con el intervalo de cuarta aumentada, los tres tonos enteros: de Mi a Sib y
después en el modo de La frigio de La a Re#. Algo soberbio, posible
gracias a la amplísima tesitura de nuestro cantaor. Muchos más ejemplo loables de
composición flamenca sobre la estructura de una “misa” existen, pero por esta y
otras originalidades la de Morente en 1991 sigue siendo irrepetible e irremplazable.
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