sábado, 23 de noviembre de 2013

Polifonía flamenca


        Algo muy morentiano es utilizar la octava como una nota pedal sobre la que el cante pivota como un recurso casi de autoafinación, ajuste y relleno. Relleno, no en el sentido de algo que sobra, sino como digo de recurso que ayuda a empastar el sonido y armonizar la melodía. Una forma interesante de temple no ajena al género, pero que Morente personalizó  y desarrolló.

Conforme avanzaba su carrera Morente incorporaba con mayor asiduidad este recurso, que a la postre, quedaba muy flamenco.  Despues surge la idea de la polifonía, varias voces a la vez. En las improvisaciones en directo sobre el Kyrie de la misa flamenca, o en el  Omega un grupo acompañaba, mejor dicho rodeaba al cantaor, solapándose en el canto a una sola nota sobre la cual, con su amplio registro, el cantaor improvisaba, se recreaba, soñaba…

En el fondo, la misma idea incorporada en el Lorca (1999) con las voces búlgaras.  Funcionaba y muy bien. 

Esto tan original tenía su precedente antiguo en aquellas rondas de martinetes en las fraguas, en las que unos cantaores se contestaban a otros y así Morente lógicamente, gran conocedor del flamenco, comenzó a rematarlos, precisamente con el compás de la seguiriya, que ya se sabe, es el del martinete. Como quién conduce ,el maestro manejaba mirando con un ojo “palante” y otro “patrás”, y "el carro" avanzaba por lugares con paisajes viejos y a la vez nuevos.

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